Valle del Jerte
Viajero Curioso
Viajar al Valle del Jerte es conocer uno de los rincones más bellos de Extremadura. Mientras muchas personas en vacaciones siguen optando por los destinos costeros o buscando una experiencia en el extranjero, cada vez más personas se acercan al turismo rural, el que te permite estar en contacto con el ambiente más característico de la penínula ibérica.

Valle del Jerte
Un terreno duro pero lleno de vida, declarado bien de interés cultural desde 1973 y que acoge a visitantes año tras año. Una de las características más llamativas del Valle del Jerte es la perfecta combinación entre actividades puramente turísticas con las más tradicionales de los viajes rurales, pudiendo alternar entre realizar un poco de senderismo por la mañana para acercarnos de tarde a un museo donde conoceremos un poco más la historia del valle.
• Un tesoro natural
Si algo sorprende a los visitantes más novizos es la riqueza a nivel de flora y fauna de la que hace gala el Valle del Jerte. Compuesto por once municipios en la provincia de Cáceres, el ambiente que podríamos esperar es el clásico de la meseta ibérica: relativamente árido, temperaturas duras y una fauna esquiva. Lo que nos encontramos son algunas de las piscinas naturales más espectaculares de todo España, con barrancos de ensueño para los aficionados a la escalada y rutas de sendereismo inigualables.
Gracias al característico clima continental suavizado por su particular orografía podemos disfrutar del valle en todas sus facetas. El río Jerte no solo da nombre al valle, es uno de los ríos montañosos más bonitos que podemos ver en la península. En su recorrido de 70 kilómetros dibuja el valle en su totalidad, permitiendo a los turistas disfrutar de sus aguas cristalinas e incluso darnos un baño en alguna de las piscinas naturales que ha creado. Una de las zonas más interesantes es Cabezuela del Valle, donde existen chiringuitos para descansar después de bañarnos en sus aguas.

Cerezo en flor Valle del Jerte
Otra de las características del valle que lo hacen tan famoso son las gargantas, formando cascadas dignas de ver a nuestro paso. Muchas rutas de senderismo aprovechan la distribución de las gargantas para convertirlas en puntos de descanso, admirando en condiciones la localización mientras reponemos fuerzas. Una de las más famosas es la Garganta de Los Infiernos, con un volumen de agua capaz de superar en determinadas ocasiones a la del propio río. Todas las gargantas tienen su propia historia por lo que acudir con un guía puede mejorar notablemente la experiencia.
• Disfrutando el Valle al máximo
Gracias a la afluencia del turismo durante los últimos años las actividades en el Valle del Jerte han crecido sin parar, adaptándose a la mayoría de turistas que se acercan a conocerlo. Ya seamos más aventureros o queramos una escapada tranquila encontraremos en el valle lo que necesitamos, disfrutando la visita como debe ser en este tipo de viajes: a nuestro ritmo, sin presión alguna.
Entre los deportes más practicados destaca la escalada en el Valle del Jerte. Una actividad que atrae a profesionales y amateurs, existen cientos de itinerarios en diferentes puntos del valle para que disfrutemos de la escalada en un ambiente único. Si queréis iniciaros e ir avanzando poco a poco una de las mejores zonas es Hoya Moros, de las mejores para cualquier nivel manteniendo siempre la sensación de ser un reto.

Escalando en Valle del Jerte
El senderismo es también de las más solicitadas, y es que en el valle el uso de miradores es habitual a lo largo de sus recorridos. Una ruta clásica hará que pasemos tanto por zonas de campo como por caminos adaptados, deteniéndonos en miradores como el de Monte Cruz o San Felipe. Son a su vez puntos de descanso, pudiendo contemplar la Extremadura más desconocida: llena de vida, rodeados de montañas y con nieve en sus cimas.
Por suerte también hay espacio para actividades culturales en el Valle del Jerte. Centros como el de la interpretación del agua o el dedicado a la flora y fauna local harán que comprendamos mejor la estructura del valle, mientras que otros más particulares como el museo de la Cereza lograrán que descubramos aspectos del valle desconocidos para la mayoría. Una opción fantástica si lo combinamos con la ruta gastronómica que realizaremos a través de sus comarcas, disfrutando de lo que para muchos es la mejor comida del mundo.